Aunque soy responsable del departamento financiero y de recursos humanos del proyecto, éste último absorbe el 80% de mi tiempo, lo que me complace enormemente. Es gracias a este rol que tengo un contacto más directo con el personal médico, el de logística, los limpiadores y los cocineros, en total casi 200 empleados.
Somos una organización
médica, pero nuestras actividades no podrían desarrollarse si no contáramos con
un equipo motivado y bien formado en todos los departamentos. Cada uno de ellos
es clave para alcanzar el objetivo de asistir a la población desde el punto de
vista sanitario. Los logistas hacen posible que todos los materiales necesarios
(electricidad, maquinaria, muebles, estructuras, acceso al agua,…) existan y sean
funcionales, que los suministros lleguen a tiempo y que todos los movimientos dentro
y fuera de Batangafo estén coordinados y sean seguros. El equipo de
administración es más pequeño, pero igualmente clave pues es el que paga los
salarios, organiza formaciones, supervisa los procedimientos y atiende a las
demandas de los trabajadores.
La gestión de los recursos
humanos del departamento medical, aunque no trabaje tan directamente con ellos
como lo hago con los logistas, me da una idea y ayuda a comprender los enormes
retos a los que se enfrenta este país en términos de trabajadores de la salud.
En RCA falta personal
sanitario con títulos superiores (médicos, cirujanos, anestesistas…). También
parteras. En el caso de los primeros, hay dos motivos principales. Por un lado,
existen pocos licenciados en este campo, y los pocos que hay, bien se han ido a
trabajar fuera, bien han creado su propio centro de consultas privado en la
capital, o bien están rifados por las ONGs que trabajan en el país. Actualmente,
y por motivos económicos, no existen funcionarios médicos, es decir, médicos
que estén siendo empleados por el gobierno y que por tanto, presten un servicio
público. Si los hubiera, los pocos médicos que se quedan en el país, optarían
por ellos, pues al parecer las condiciones salariales superan con creces al de
las ONGs.
En el caso de las parteras,
el gobierno sí que ha abierto recientemente un gran número de puestos públicos,
lo cual ha tenido un impacto negativo en nuestro hospital (recuerdo que somos
el único centro médico de la zona y que existe un campo de 25.000 desplazados
donde las condiciones de vida están lejos de ser satisfactorias) pues nos hemos
visto privados de la noche a la mañana de candidatos que puedan cubrir esta
necesidad urgente. Aunque nuestra organización trabaja, siempre que puede, en
colaboración con el gobierno y los hospitales se gestionan conjuntamente, no
parece que a corto plazo nos vayamos a beneficiar de esta medida, lo que nos ha
llevado a abrir puestos de menor nivel, como el de matrona, limitando la
calidad de nuestro servicio. Esto, en un país donde el índice de fecundidad
(número medio de hijos por mujer) es de 4.29, nos sitúa en una situación poco
deseable.
Otro problema al que nos
enfrentamos en términos de recursos humanos es el de la corrupción. Este punto
es clave especialmente en dos departamentos; el financiero y el farmacéutico.
El primero tiene más fácil solución, pues las medidas a tomar son las de un
control más exhaustivo de los procedimientos de pago, los comprobantes y las
validaciones, las cuales pasan siempre por el personal expatriado. El control
de la farmacia es, sin embargo, un reto de más difícil solución. Vista la falta
de accesibilidad a medicamentos por parte de la población, el tráfico de los
mismos puede reportar grandes beneficios a quien se haga con ellos. Existe
obviamente un inventario, supervisado regularmente por personal expatriado, pero
dadas las numerosas consultas que existen en el hospital, gestionadas por
nacionales, y la gestión de la propia farmacia, en la que empleamos a personal
nacional, asegurar un control absoluto es misión imposible.
Así que los retos
son múltiples, pero no imposibles, y por eso este trabajo resulta tan
gratificante… cuando se consiguen superar esos retos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario