sábado, 1 de diciembre de 2012

Suazilandia sigue sufriendo problemas de salud

Recién llegada de Suazilandia y en el Día Mundial contra el Sida, me siento casi con la obligación de hablar de este pequeño país de poco más de 1 millón de habitantes que se encuentra en el sur del continente africano, entre Sudáfrica y Mozambique.

Se trata de un país completamente desconocido para muchos, lo cual nos puede parecer algo sin la menor importancia. Sin embargo, a nivel internacional resulta catastrófico ya que, en el mundo globalizado en el que vivimos, la falta de visibilidad da lugar a un aislamiento comercial y económico que afecta de manera directa en la calidad de vida de su población.  Pero el problema de Suazilandia es aun más complejo; considerado como un país de renta media (a pesar de que solo el 10% controla el 60% de la riqueza, de que la esperanza de vida es de 31 años, 13 años menos que hace una década, y de que dos terceras partes viven en la pobreza, la mayoría en zonas rurales) las ayudas que recibe por parte de las organizaciones internacionales es mucho menor en comparación con aquellos países considerados de renta baja. Esto es importante, ya que éste y otros países también considerados de renta media como India, Sudáfrica o Brasil, albergarán en los próximos años el mayor número de pobres en el mundo.

Volviendo a Suazilandia, si algo conocemos de él será probablemente por el alarmante aumento de infectados por VIH/Sida desde finales de los años noventa y principios del siguiente milenio, convirtiéndose en el país con la mayor tasa de infectados en el mundo. Esto fue debido en gran parte a la negativa de su gobierno en reconocer la existencia, dentro de sus fronteras, de la enfermedad, que impidió la llegada de ayuda internacional y por tanto, su rápido tratamiento.

Afortunadamente, y gracias a la presión internacional, a finales de los años 90, el país acabó reconociendo la enfermedad como “desastre nacional”, lo que facilitó la entrada de ayuda internacional y de ONGs trabajando en el sector. Hoy en día, y a pesar de haber alcanzado algunos logros sobre todo en relación a la transmisión de madres a hijos (el 98% de los niños nacidos de madres infectadas por el sida, dan negativo en el test, gracias a los antirretrovirales) sigue siendo el país con la tasa de infección más alta del mundo (el 26% de las personas entre 15 y 45 años tienen la enfermedad), matando a 10.000 adultos cada año y dejando, por consiguiente, un alto número de huérfanos.

Según nos indicaba el representante en el país del Fondo de Población de Naciones Unidas y representantes de la Family Planning Association of Swaziland, esto es debido a diversos factores. Por un lado, tal y como indicábamos más arriba, se debe al hecho de que las ayudas internacionales han disminuido, en parte por clasificar al país de "renta media" pero también debido a la crisis financiera que sufren los países donantes. Además Suazilandia se enfrenta a su propia crisis financiera ya que la principal fuente de ingresos, la Unión Aduanera de África Austral (SACU, por sus siglas en ingles) que suponían el 60% del presupuesto, ha visto reducida dicha cantidad de manera considerable. Ni hablar de impuestos, pues casi el 50% de la población está desempleada.

Este problema financiero repercute de manera indirecta en diferentes esferas. Existe por ejemplo un problema de carencia de personal sanitario cualificado, que emigra a otros países con el fin de conseguir mejores salarios. Otro caso concreto es el que me contaba un taxista a medida que pasábamos por una zona industrial. En esta zona están localizadas las principales fábricas textiles del país, las cuales emplean principalmente a mujeres. El salario mensual de estas mujeres es de 80 euros. Teniendo en cuenta que pagan por una vivienda 35 euros y que deben, con el resto, costearse el transporte y la manutención de sus hijos, la necesidad de sobrevivir les llevan a tener relaciones con varios hombres al mismo tiempo con el fin de obtener ayuda en dicha manutención. En este tipo de relaciones, me contaba el taxista, el uso de preservativos es impensable ya que dicho uso requiere un diálogo y una confianza solo existente en relaciones estables y abiertas. 

La falta de recursos económicos impide también el acceso de la población rural (70% del total) a muchos servicios sanitarios, concentrados sobre todo en las zonas urbanas. Solo proyectos como los de la Family Planning Association of Swaziland hacen posible que muchos servicios sean cubiertos, proveyendo de medicamentos contra el VIH/Sida, anticonceptivos y servicios de salud materna, así como actividades educativas sobre los derechos de salud sexual y reproductiva, altamente necesarios en un país donde las relaciones sexuales, la violencia sexual y la propagación del VIH/sida son especialmente importantes entre la población joven.

A nivel internacional, el enfoque va mas dirigido a la gobernanza, es decir, al asesoramiento y a la capacitación de líderes políticos con el fin de que sean ellos mismos, con las herramientas disponibles, los que pongan en marcha los servicios requeridos por la población. Esto parece lógico para nosotros, pero resulta incomprensible para una población que ha perdido en algún momento de su vida a un miembro de su familia debido a esta carencia de servicios.

Aunque importante y esencial, resulta difícil confiar solo en este tipo de cooperación si tenemos en cuenta el nivel de corrupción del país, que el rey de Suazilandia es una de las personas más ricas del mundo y que este mismo está casado con 13 mujeres diferentes, normalizando socialmente la existencia de relaciones extramatrimoniales, que tanto peligro suponen cuando el uso de preservativos está tan poco aceptado por la población masculina. Por ello, visto que no hay una sola causa del problema, tampoco debe haber una sola solución y dicha capacitación gubernamental debe ir acompañada de las ayudas internacionales necesarias para que el suministro de servicios sea una realidad tanto en la población urbana como en la rural. Un suministro que integre claramente servicios de prevención de VIH/Sida con servicios de Salud Sexual y Reproductiva con el fin de trabajar de manera eficiente, ahorrando tanto en personal como en infraestructuras pero con el objetivo de romper el estigma de la enfermedad a través de la educación y la información.

domingo, 4 de noviembre de 2012

La Anticrisis*


Esta vez he decidido traducir del francés este artículo al considerar que su lectura es altamente recomendable dada la situación de crisis que sufrimos.

Tanto en el Apocalipsis de San Juan como en los hadices islámicos, los Anticristos o Al-Dajjâl anuncian el fin de los tiempos y la abertura de una era nueva cuando hayan sido liberados. Etimológicamente, el Apocalipsis supone la eliminación del velo que nos sumerge en la ilusión. Nietzsche tituló el Anticristo en una de sus obras en la cual denuncia la hipocresía cristiana y la mentira idealista; reduce a pedazos toda filosofía de resentimiento, de sumisión, de glorificación de lo que nos abruma y nos debilita. Nietzsche nos invita a la transvaloración de todos los valores, a reinvertir y desmultiplicar las perspectivas. En su siguiente libro, Ecce Homo, llama no solo a destruir y denunciar sino a afirmar la verdadera vida, a alimentar las energías vitales, a tomar la plaza del creador.

Las crisis no tienen fin

Se hace aburrido, doloroso y molesto: nuestra actualidad es la crisis. No hablamos casi de nada más que de eso. Tendremos la tentación de no querer saber más. Sin embargo, en  lugar de someternos, tenemos interés por interrogarnos sobre el concepto de la crisis, sus usos sociales y políticos, lo que esconde o lo que muestra...

Históricamente, el primer uso de la palabra crisis, en latín y en francés es médico. Hoy en día, está ante todo asociado a la economía: crisis industrial después de los años 1970, crisis económica después de los años 1980, crisis financiera con sus sobresaltos cada vez más regulares después de los años 1990 en la cual entra la crisis de las subprimes en 2008-2009 y la crisis de la deuda y del euro en 2011-2012... Mientras que una crisis designa en general una manifestación espontanea y temporal, en el plano económico, el discurso de la crisis, con la austeridad que implica, se ha instalado de manera permanente desde hace 40 años. Se repite, no cíclicamente sino continuamente: ¿Podemos hablar entonces de una crisis? El discurso se perpetúa pero la crisis no afecta a todo el mundo de la misma manera y disimula a menudo los beneficios de los más ricos. Quizás se trate menos de una crisis económica que de una crisis de la repartición de la riqueza, de una crisis social.

Y de hecho, la sensación de crisis desborda lo económico: crisis social, crisis de empleo, crisis gubernamentales, crisis medioambiental, Europa en crisis, crisis humanitaria, crisis inmobiliaria, crisis sanitaria, crisis de identidad, crisis de valores, crisis de civilización... Todas estas crisis no tienen evidentemente el mismo sentido ni el mismo rango pero podemos observar una cierta lógica de la crisis y de las reacciones similares que tiende a provocar en cada uno de los campos tomados de manera separada.

Pánicos y tensiones

La reacción más corriente de cara a una situación de crisis consiste en entrar en pánico o agonizar. Desde un punto de vista psicológico, la crisis describe aquí una reacción emocional de pérdida de medios que puede ir hasta una crisis de apoplejía.

Miedos y angustias dominan cada vez más las relaciones sociales. Pánico social, pérdida de la capacidad de compra, amenaza nuclear, locura financiera, alarma ecológica, tsunami, terror islamista, agotamiento del petróleo, gripe porcina, nocividad del tabaco, nuevo milenarismo, comida basura, accidentes de coches, angustia existencial... ¡Todo nos da miedo! Más que nunca, el miedo es un modo de gobierno de la sociedad y un modo de funcionamiento de los individuos.

Podemos comprender que la mayoría de la gente entra en pánico de cara a las grandes crisis por las que atraviesa nuestra sociedad. Parte de sus propiedades están amenazadas, sus derechos y libertades puestas en cuestión, su medio ambiente y su salud, en proceso de deterioración continua... En el fondo, el sentimiento generalizado de angustia y de nerviosismo está alimentado por la ausencia de perspectivas en el seno de una sociedad que ya de por sí pierde su seguridad y la confianza de sus ciudadanos, a la vez que se muestra cada vez más incapaz de convencer de su propia coherencia y de un control real de su destino.

Aunque sean legítimas, las reacciones emocionales a punto de efervescencia no conducen a las más justa y serena de las respuestas. El miedo, mal consejero, desequilibra el juicio, paraliza, lleva a aceptar, incluso a reclamar, la puesta en marcha de un poder fuerte y de medidas liberticidas que sean capaces de asegurar la protección. El miedo lleva a la crispación. Cada uno teme perder cualquier cosa, se agarra a lo poco que tiene. Los jefes se irritan cuando peligran sus privilegios, los sindicatos sus adquisiciones sociales, los empleados sus empleos, los políticos su poder, los Estados sobre sus fronteras, las "civilizaciones" sobre sus culturas.... Asistimos a una mezcla o a una alternancia de renuencia y de rigidez, incluso de radicalización. Las posiciones se fijan, las relaciones se tensan, las oposiciones se exacerban y la gente no ve la manera de salir de este callejón sin salida.

Esta tendencia a la crispación,  a la posición defensiva no es, evidentemente, favorable de cara a la reflexión, al diálogo, al espíritu crítico, en resumen, a la cultura democrática. Resulta por el contrario, cada vez más propicia al mantenimiento de resentimientos, al desencadenamiento de odios y a explosiones de violencia. Prepara el terreno para políticas de seguridad que, en respuesta a las amenazas, a menudo exacerbadas, a veces inventadas, recortan los derechos y libertades, disuaden las protestas y estigmatizan los chivos expiatorios.

Agarrándonos a lo que conocemos y a lo que queda, respondemos a la crisis de un sistema a través del reforzamiento de la misma. La crisis financiera ocasiona la toma de medidas fuertes para salvar las finanzas y los bancos. La crisis económica señala que hace falta relanzar el crecimiento, intensificar la competitividad y reducir los costes de trabajo. La crisis del empleo justifica el principio de trabajar más y ganar menos. La inestabilidad de las fronteras territoriales y políticas debidas a la aceleración de la mundialización se acompañan de nostalgias nacionalistas y regionalistas. De cara a las crisis de valores, observamos una reafirmación de valores y posiciones aún más firmemente cerradas. En el caso de las crisis de identidad, en lugar de tomar consciencia y que nuestras identidades resulten más múltiples, que estén en movimiento, mezcladas, asistimos a la reivindicación de identidades fijas tanto mayoritarias como minoritarias.

De esta manera, la crisis de un sistema, en lugar de destacar lo que falla, supone la reafirmación de lo que precisamente ha generado la crisis. El fallo de un sistema se ve recuperado con motivo de su sostenibilidad. En nombre de la gravedad de la crisis, hay que apretarse el cinturón. No hay lugar para la reflexión, para las matizaciones, para la flexibilidad, para un paso hacia atrás, hay que mantener la cabeza baja ante las soluciones simplistas que inspiran nuestras certitudes o nuestras creencias bien ancladas.

Finalmente, la convocatoria de la crisis, en permanencia y con todo propósito, refleja una despolitización de las cuestiones, un abandono de la política entendida como despliegue de acción transformadora en beneficio de una naturalización de los procesos humanos. Las crisis se sufren como las catástrofes naturales de manera que nadie es responsable, requieren la responsabilidad de todos... Sustituimos las respuestas políticas por respuestas catastrofistas, fatalistas, policiales, sanitarias que empujan a la sumisión y al sacrificio, así como a la restricción de derechos y libertades. Es en nombre de la crisis del empleo que recortamos los derechos de los trabajadores, en nombre de la crisis de la seguridad social que restringimos las prestaciones y las pensiones, en nombre de la crisis de la integración que precarizamos a los inmigrantes.

Estancamiento y fin del reinado

Más allá del catastrofismo y de las posturas defensivas, en lugar de querer disimular los fallos del sistema en crisis y de engancharnos a lo que conocemos, ¿no ganaríamos más profundizando en las brechas para así descubrir que este mundo, ya anciano y al cual nos referimos, está quebrándose?

Mirándolo de cerca, todas estas crisis y crispaciones se parecen a los síntomas del fin de un reino. Los sistemas, los modelos o las configuraciones (económicas, políticas, sociales, culturales, identitarias…) se debilitan, sienten que están tocando su fin. Una crisis continua indicaría por tanto que se les ha acabado el tiempo. La historia nos enseña que ningún sistema o modelo es eterno, no más que una serie de nociones que nos parecen evidentes pero que no son más que construcciones históricas como el dinero, el mercado, el trabajo asalariado, el Estado, los impuestos, la laicidad….

La mayoría de nuestros paradigmas actuales se remontan más o menos a la modernidad o se inscriben en su estela: la economía industrial y de mercado, el estado nación y su prolongación en la Organización de Naciones Unidas, la democracia parlamentaria, la domesticación de la naturaleza, el Estado Social…. Han sido puestas en marcha tras los fallos de paradigmas de la Edad Media, puestas en cuestión por las evoluciones demográficas, tecnológicas, económicas, geopolíticas, culturales…. En un primer momento, la Edad Media se agarró en sus feudos, incapaz de integrar estas evoluciones. Más tarde, el cambio de paradigmas y de época se inscribió en el tiempo y ha pasado por crisis, epidemias, guerras, luchas, negociaciones, cambios de relación de fuerzas, revoluciones….

Oportunidades y decisiones

Es posible que estemos atravesando por un periodo de transición histórica de orden similar. No sabemos a dónde vamos pero debemos tomar consciencia que el mundo no es habitable con las referencias, el orden y las costumbre de ayer. En lugar de querer salvar los muebles a todo precio, ¿no sería mejor anticipar, acompañar, en definitiva, organizar la mudanza?

En su connotación naturalista y médica, la crisis es algo que sufrimos. Pero en griego, crisis significa primero distinguir, clasificar, decidir; el término “critico” es su derivado. Incluso el sentido medico hace referencia a un momento decisivo de una enfermedad. Si la crisis es un momento crítico, es importante hacer igualmente el momento de la crítica. Un momento donde hace falta decidir, tomar decisiones. En chino, “crisis” resulta del acoplamiento de dos ideogramas,  uno que significa “peligro”, otro “oportunidad”. Su asociación señala el carácter ambiguo, conflictual y proteiforme de toda crisis.

En medio de las múltiples crisis que nos acosan, está por tanto en nosotros ver las oportunidades que nos ayuden a salir de las reacciones primarias, de desligarnos del sistema fallido, de cambiar de casilla de lectura para decidir tomar otras direcciones, inventar otras respuestas a los peligros que nos acechan, de pensar y de experimentar otros modos de gestión de los recursos y de las libertades.

Compromisos y toma de riesgo

Se trata por tanto de tomar tiempo y distancia sin abstraerse del mundo actual y de las realidades sociales. Estas reflexiones deben anclarse en la práctica con el fin de aferrarse en un mundo cambiante. Interrogarse la historia de la cual venimos y que vivimos, volviéndonos actores de la historia actual.

Estamos también en periodo de crisis en el sentido de que se trata de un periodo de problemas, donde la situación es un problema.  No controlamos todos los parámetros porque éstos están cambiando. No hay un horizonte claro, no hay más modelos de referencia, no hay todavía un camino a seguir. Tenemos que saltar al desconocido, avanzar tanteando el terreno y trabajar sin red de seguridad. Asumir la incertidumbre. Tal conducta implica una toma de riesgo. Hay que estar preparado a perder ciertas cosas para descubrir otras nuevas. Hay que saber que la evolución, la marcha, será larga, que no encontraremos en seguida el o los buenos caminos, que pasaremos sin duda por algunas pérdidas.

Pero debemos comenzar a caminar progresando con ensayos y errores. Comprometernos en la búsqueda y acciones. No habrá solución milagro ni única pero existen ya proyectos innovadores, ideas que se intentan desarrollar, prácticas que se confrontan con la realidad. Los esbozos  de experimentaciones, van un poco en todos los sentidos. Tenemos que aceptar esta multiplicidad, interrogar. Confrontar las iniciativas y debatirlas. Tomar el riesgo de la confrontación, del debate y de las prácticas contradictorias. Asumir con conflictividad inherente a todo cambio, a toda crisis. Fertilizar los conflictos para hacerlos vectores de la agrupación no consensuada y del progreso humano.

* Artículo de Mathieu BIELOT publicado en la revista Antécrise, con motivo del Festival de la Liberté 2012, Bruselas.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Israël face au Droit International Humanitaire : Justiciabilité des actes commis par l’État israélien et le rôle des différents acteurs impliqués



Israël face au Droit International Humanitaire :  Justiciabilité des actes commis par l’État israélien et le rôle des différents acteurs impliqués
Ci-dessous, vous pouvez trouver l'introduction et le lien du travail complet de ma Memoire Final du Master en Droits de l'homme de l'Université catholique de Louvain, en Belgique, 2012.
Ce travail est écrit en français, mais il sera traduit en espagnol / anglais si il y a une demande.


Israel de cara al Derecho Internacional Humanitario: Justiciabilidad de los actos cometidos por el Estado de Israel y el rol de los diferentes actores implicados
A continuación se encuentra la introducción y el enlace al trabajo completo de mi Memoria Final del 
Máster en Derechos Humanos de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica, 2012.
Dicho trabajo se encuentra en francés, aunque será traducido al español/inglés en caso de existir una demanda.

Israel and the International Humanitarian Law: Justiciability of the acts committed by the Israeli state and the role of different actors

Below is the introduction and the link to the full work of my Master on Human Rights' Final Report  (Catholic University of Leuven, Belgium, 2012).
This work is written in French, but it will be translated into Spanish / English if there is a demand.

https://docs.google.com/file/d/0BwcWVrJz9il1cmNLbjlueGNaWWc/edit?pli=1




1 -. Introduction au conflit israélo-palestinien

L'histoire de la Palestine est marquée par des changements et des occupations. En effet, elle a été contrôlée par l'empire égyptien, assyrien, perse et romain avant d'être conquise par les Arabes en 643 après JC. À partir de là jusqu'au XXe siècle, à l'exception d'une brève période pendant les croisades du XIIe siècle, elle  été un pays arabe et musulman. Il a fait partie de l'Empire ottoman de 1516 à 1917, année où la Grande-Bretagne s’est déclarée favorable aux plans sionistes d'établir un foyer national juif en Palestine.1 La victoire sur les Ottomans a donné au gouvernement britannique un contrôle sur la Palestine pendant les trente prochaines années. Au cours de ce période, 100.000 immigrants juifs sont entrés en Palestine, ainsi que 6000 non-juifs.

Initialement, l'immigration juive en Palestine trouve peu d'opposition de la part des Arabes palestiniens. Toutefois, à la fin du XIXe et au début du XXe siècle, comme l'antisémitisme a progressé en Europe, l'immigration juive a augmenté de manière significative, de sorte que la population arabe a commencé à se méfier.

L'Organisation des Nations Unies, successeur de la Société des Nations, a tenté de résoudre le différend entre les Arabes palestiniens et les Juifs, en créant l’UNSCOP, composé de représentants des différents États. Aucune des grandes puissances étaient représentées, afin de s'assurer que le Comité soit neutre. L’UNSCOP a examiné deux alternatives. D’une part, il a suggéré la création de deux États indépendants dans la région, l'un arabe et l’autre juif, avec Jérusalem sous l’administration internationale. D’autre part, il a proposé la création d'un État fédéral unique dans lequel les deux peuples vivent ensemble. La plupart des membres d’ l’UNSCOP a préféré la première proposition et la division a pris effet le jour où les Britanniques ont commencé le retrait, le 14 mai 1948, le jour même où l'État d'Israël a proclamé son indépendance. Cette proclamation, en conformité avec la Résolution 181 des Nations Unies 2, a été accueillie par la majorité de l'opinion publique occidentale après les événements qui se sont produits au cours de la Seconde Guerre mondiale. Cependant, le succès de cette partition dépendait de l'acceptation des Arabes, qui ne s'est pas produite parce qu'ils l’ont trouvé injuste (l'État juif, dont la population était d'un tiers de la population palestinienne obtiendrait 55% de la surface de tout l’État palestinien). Donc, les Palestiniens ont pensé qu’en recourant à la violence, ils gagneraient plus d'avantages. Mais deux ans plus tard et après l'accord de paix de début 1949, Israël a gagné 6000 km2 de territoire en relation avec les dispositions du plan initial de la partition et plus de 750.000 Palestiniens sont devenus des réfugiés.

Cette consolidation définitive de l'indépendance d'Israël et la perte progressive du territoire, a causé un fort sentiment d'humiliation auprès des régimes arabes. Cet échec a créé chez les Arabes un rejet total de l'existence d'Israël et une source supplémentaire de confrontation entre les différents pouvoirs. Nous nous retrouvons avec le plus vieux conflit du monde dans lequel il ne semble pas y avoir de solution définitive, globale et imperméable à des changements de la géopolitique internationale. En outre, on ne parle pas seulement d’une confrontation nationale et territoriale, mais aussi d’une confrontation entre deux des religions les plus représentées dans le monde entier, ce qui rend encore plus difficile la portée d'une solution.

L'ingérence des puissances européennes a également joué un rôle important dans le développement du conflit. Dans un premier temps, comme indiqué ci-dessus, avec les puissances européennes, en particulier la France et la Grande-Bretagne et, plus tard, les États-Unis et la Russie. La Grande-Bretagne avait consolidé une alliance stratégique avec l'État d'Israël, la France avait pris en charge l'Organisation pour la libération de la Palestine (OLP). La rivalité entre les deux superpuissances a eu de profondes répercussions régionales parce qu'elles nourrissent la guerre et empêchent toute solution diplomatique, comme le montre la conférence de paix de Genève de 1973. Avec la disparition de l'URSS, les États-Unis deviennent la puissance dominante étrangère et montrent leur soutien, souvent inconditionnel, à Israël, ce qui sera reflété dans les années suivantes et jusqu’à ce jour par le rejet de nombreuses condamnations de violation de droits de l'homme et du droit international humanitaire énoncées par différentes institutions internationales comme nous le verrons tout au long de cette étude.

Du point de vue diplomatique, actuellement plus de 120 gouvernements du monde entier reconnaissent l'État palestinien. Toutefois, il ne dispose que du statut d'observateur à l'Assemblée générale des Nations Unies, où il est représenté par l’OLP. Bien que la Palestine ait fait des tentatives d’être reconnu en tant qu’État membre de l'ONU, elle a été paralysée par le Conseil de sécurité de cet organisme et seul l'UNESCO a reconnu son statut en tant qu'État membre, ce qui a conduit à des débats importants. De nombreux pays, y compris les États-Unis et Israël, sont plus d’accord avec le soutien d’un processus de négociations qu’avec la reconnaissance directe de la Palestine en tant qu'État. Cependant, ces négociations sont toujours au point mort en raison des questions sensibles telles que la reconnaissance mutuelle, les frontières, la sécurité, les droits de l'eau, le statut de Jérusalem et le libre accès aux centres religieux, l'expansion des colonies israéliennes et le droit relatif aux réfugiés palestiniens, y compris le droit au retour.

Mais au-delà des nombreux efforts diplomatiques dans le conflit israélo- palestinien, plusieurs initiatives du point de vue du cadre juridique ont été entreprises, et pour lesquelles la Cour internationale de Justice (CIJ) a tiré d'importantes conclusions.

À différents moments, il y a eu une quantité importante de plans de paix de natures les plus diverses, allant d’accords multilatéraux à des négociations directes ou encore des accords entre les deux parties. L'ONU elle-même a été impliquée dans différents processus et déclarations, mais au-delà des décisions de ses organes directeurs, jamais elle a eu l'occasion d'aborder cette question d’un point de vue strictement juridique3. En raison de la construction du Mur israélien en territoire palestinien, l'Assemblée générale a chargé la Cour internationale de Justice de donner un avis consultatif et a donc fourni l'occasion d'avoir une contribution du droit international sur cette question.

Tout au long de ce travail, nous allons se concentrer sur ce point particulier, avec une analyse du point de la loi et du droit international humanitaire. Donc, nous allons voir d'abord les traités et conventions que l'État d'Israël a signé et ratifié, puis étudier les violations du droit international humanitaire pour lesquelles ils sont accusés par diverses organisations internationales. Finalement, nous allons étudier la position des Nations Unies à cet égard, en analysant le nombre de décisions prises, et le rôle du Conseil de sécurité et d'autres instruments d'un grand poids sur la scène internationale.

En se concentrant sur l'analyse des violations du droit international humanitaire dans le contexte d'Israël, on n‘ignore pas l'existence de nombreuses violations par le Territoire palestinien qui jouent également un rôle considérable dans le développement des évènements. Cependant, l'étude de ces violations dépasserait les exigences nécessaires quant à la longueur du texte.

Avertissement : les droits de l'homme et le droit international humanitaire

Alors que le droits de l'homme et le droit humanitaire ont chacun leur propre domaine de validité, ça ne fait pas obstacle à la concurrence dans certaines situations, notamment dans les occupations prolongées, comme dans le cas palestinien4.

En général, l'interaction entre le droit international humanitaire (DIH) et le droit international des droits de l'homme (DIDH) est caractérisée par la complémentarité et l'influence mutuelle. Seulement dans certains cas, quand il y a un choix entre deux règles pertinentes, l'emporte la règle la plus spécifique (les specialis)5.

Aujourd'hui, le DIDH complémente le DIH dans des situations de conflit armé. En 1967, le Conseil de sécurité, à l'égard des territoires occupés par Israël après la Guerre des Six Jours, a ouvertement reconnu le fait que les " droits de l'homme essentiels et inaliénables doivent être respectés, même pendant les vicissitudes de la guerre"6. À partir de ce moment, il y a plusieurs résolutions de l'ONU qui cherchent le respect des droits de l'homme dans les conflits armés. Ainsi, plusieurs rapports du Secrétaire général ont conclu que les instruments des droits de l’homme, notamment le Pacte international relatif aux Droits civils et politiques (PIDCP), ont conféré une plus grande protection aux personnes en période de conflit armé par rapport aux Conventions de Genève.7 Dans la même veine, la CIJ a statué que le Mur et son régime associé violent diverses dispositions des deux ordonnances8.

Cela dit, pour nous permettre d'y voir plus clair tout au long de cet article, nous nous référons à tout moment au droit international humanitaire, et nous travaillons toujours à partir du point de vue des conventions et des traités qui protègent ces droits, mais nous ne devons pas oublier son importante relation avec les droits de
l’homme.


1 Zeev STERNHELL, Aux origines d’Israël, Mesnil-sur l’Estrée : Gallimard, 2005.
2 Résolution 181 de l’Assemblée générale, Résolution adoptée sur le rapport de la Commission Ad Hoc chargée de la question palestinienne, 29 novembre 1947.
3 Les résolutions clés du Conseil de sécurité sont les 242 et 338, les deux ayant été créés à la fin des guerres de 1967 et 1973, respectivement. Dans le premier, on a établi les bases qui devraient régir tout accord sur le conflit, à savoir le retrait des territoires occupés et la reconnaissance de la souveraineté et de l'intégrité territoriale et de l'indépendance des Etats dans la région. Dans le second, on réitère la performance de la résolution précédente.
4 Manuel BECERRA RAMÍREZ(coord). Aspectos Jurídicos y Políticos en la Guerra de Iraq. México: Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM, 2005. p.195-200.
5 Patricia BUIRETTE, Philippe LAGRANGE, Le droit international humanitaire, Paris : La Découverte, 2008.
6 Résolution 237 du Conseil de Sécurité, 14 juin 1967 ; Résolution 2252 de l’Assemblée générale de Nations Unies, 4 de juillet 1967.



lunes, 7 de mayo de 2012

Por qué es positivo el resultado de las elecciones en Francia, para todos los europeos


Hoy Francia ha elegido a su nuevo presidente para los próximos 5 años, Francoise Hollande, líder del Partido Socialista.

En un momento de crisis económica como la que vivimos, da la impresión de que las únicas medidas que pueden ofrecer una solución son las que muestran una tendencia liberal que se caracterizan, hablando claro, por la privatización y el recorte de las prestaciones sociales entre las que se encuentran aquellas tan importantes como la sanidad y la educación.

La importancia de las elecciones en Francia radica sobre todo en el peso político y económico de este país en el marco europeo, junto a Alamania. Así, durante el periodo “Sarkozy”, ambos gobiernos se alinearon para dirigir el futuro próximo de cada país europeo a través de medidas de austeridad que, aunque hasta cierto punto necesarias, no justifican de ningún modo el retroceso que estaba comenzando a atisbarse desde el punto de vista social. Un ejemplo de ello y también el que mejor conozco, es el de España, donde el gobierno de Rajoy, líder del Partido Popular, ha tomado desde 2011 una serie de medidas económicas que están provocando de manera llamativa un fomento de la desigualdad y la discriminación entre ciertos sectores ya de por sí castigados por los despidos y la falta de empleos, en lugar de proteger, al mismo tiempo que busca soluciones a la crisis, los derechos sociales que tanto nos ha costado alcanzar.

Europa se ha caracterizado históricamente por ser un continente de valores, de revoluciones, de ideas, de cultura, de integración… Es en Europa donde se puede poner el punto de partida a lo que hoy llamamos Derechos Humanos, gracias a la Revolución Francesa y a su Declaración de Derechos Humanos y del Ciudadano de 1789. Todo esto nos ha diferenciado de países como por ejemplo, Estados Unidos, donde es bien sabido que las desigualdades sociales son abismales y la violación de los derechos humanos tanto en el terreno nacional como internacional, bastante evidentes (pena de muerte, Guantánamo,…) . Es cierto que el contexto económico mundial y el surgimiento de nuevas potencias como China o la India, requieren una adaptación para estar a la altura del mismo, pero no debemos olvidar que esto jamás se debería llevar a cabo si es a costa de renunciar a los principios sociales por los que tanto se ha luchado, principios sociales que ha permitido a la generación actual estar donde estamos y del que pretendemos dar ejemplo en el resto del mundo a través de instrumentos como es la Corte Europea de Derechos Humanos.

El hecho de que uno de los dos países más potentes de Europa sea socialista, favorece un equilibro en la balanza para que, asumiendo que ciertas medidas de austeridad deben ser puestas en marcha, éstas no sean en detrimento de los derechos humanos y del bienestar básico de los ciudadanos. Me refiero, como decía, a la educación y a la sanidad, cuya sostenibilidad y mejora son esenciales, puesto que modelan el futuro de cada generación y por tanto del propio país. Es por ello que, si no queremos volver a un sistema medieval caracterizado por la existencia de una élite dominante, minoritaria y culta por un lado, y una mayoría subdesarrollada, debemos seguir luchando por estos valores para que las futuras generaciones pueda disfrutar de los mismos. 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Israel y los derechos humanos

El lunes pasado Israel anunció el cese de las relaciones con el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Por qué lo ha hecho, qué significa y cuáles son las repercusiones son los temas que intentaremos analizar aquí.

El pasado viernes finalizó el último periodo de sesiones del Consejo de Derechos, organismo de las Naciones Unidas creado en 2006, con representación de 47 países (13 de África, 13 de Asia, 8 de América Latina y el Caribe y 7 de Europa Occidental y otros grupos, y 6 de Europa oriental) y responsable de promover el respeto de todos los derechos humanos, de estudiar las violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos y hacer recomendaciones al respecto. Este período de sesiones duró cuatro semanas y dio como resultado la aprobación de cuarenta resoluciones, entre ellas aquella que daría luz verde a la creación de una misión de investigación internacional independiente sobre “los efectos de la colonias israelíes sobre los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los palestinos en territorio palestino ocupado, entre ellos, Jerusalén Este”.

Las fronteras entre Israel y Cisjordania están bien delimitadas, sin embargo, cuando uno va allí, o más fácil, observa sobre el mapa, se dará cuenta de que estas fronteras son más bien algo simbólico para los israelíes pues no contentos con el territorio que se les asignó tras la creación del Estado israelí en 1945 y que ampliaron años más tarde tras sucesivas guerras contra los países fronterizos, continuaron, año tras año, su expansión más allá, levantando lo que se conoce como “colonias”, es decir, pequeñas ciudades esparcidas por territorio palestino y perfectamente amuralladas. Estos asentamientos han sido condenados en numerosas ocasiones por el Consejo de Derechos Humanos.

El problema es que este Consejo no tiene ningún poder a la hora de hacer cumplir sus resoluciones y su puesta en marcha se basa más bien en la voluntad de los diferentes países, que se ven motivados más por una cuestión de imagen de cara al exterior y por el miedo a ver perjudicadas las relaciones diplomáticas que por una voluntad sincera de promover los derechos humanos dentro de su propio territorio. En muchos casos, los mecanismos a través de los cuales el Consejo investiga y denuncia la violación de los derechos humanos funcionan sobre todo cuando se trata de países débiles cuya sostenibilidad depende del apoyo del resto de los países. Sin embargo, Israel no necesita de dicho apoyo, por un lado, porque siempre tendrá el de Estados Unidos (el único que siempre vota en contra de cualquier resolución que denuncie la violación de los derechos humanos cometidos por parte de los israelíes) y por otro lado, porque siempre podrá recurrir al argumento antisemita que tanto le ha valido hasta el momento.

Lo que esto muestra es que, una vez más, el cumplimiento de los derechos humanos sigue dependiendo en gran medida de los intereses políticos y que los mecanismos creados para su respeto parecen estar destinados más bien para los países “débiles”, mientras que los más fuertes y “mejor relacionados” escapan de ellos. Esto demuestra igualmente que los derechos humanos y sus sistemas de protección, al estar creados en base a la voluntad de los países y al depender su respeto de los intereses políticos de las grandes potencias, resultan fácilmente susceptibles de ser violados por éstos, lo cual podría tener como peligrosa consecuencia la pérdida de credibilidad de estos mecanismos no solo ya por parte de las grandes potencias, sino de cualquier otro país.




English version:

On Monday, Israel announced the end of relations with the Human Rights Council of the United Nations. We will try to analyze here why he has done so, what does it means and what the implications are.


The last session of the Human Rights Council, a United Nations agency established in 2006, with representation from 47 countries (13 African, 13 from Asia, 8 from Latin America and the Caribbean and 7 Western European and other groups, and 6 from Eastern Europe), responsible for promoting the respect for all human rights, studying the gross and systematic violations of human rights and for making recommendations, ended last Friday. This session lasted four weeks and resulted in the approval of forty resolutions, including one that would give a green light to the creation of an independent international investigation mission on "the effects of Israeli settlements on civil, political, economic, social and cultural rights of Palestinians in the occupied Palestinian territory, including East Jerusalem. "


The borders between Israel and the West Bank are well defined, however, when you go there, or easier, look on the map, you will realize that these boundaries are rather a symbolic thing for the Israelis since not having enough with the territory they got upon the creation of the Israeli state in 1945 and expanded years later after successive wars with neighboring countries, they have continued, year after year, expanding beyond, raising what is known as "colonies", ie small towns scattered in the Palestinian territory and very well walled. These settlements have been repeatedly condemned by the Human Rights Council.


The problem is that this Council has no power when enforcing its resolutions and their implementation is based rather on the willingness of different countries, which are motivated more by a matter of image from the outside and for the fear of seeing their diplomatic relations affected rather than by a sincere desire to promote human rights within their own territory. In many cases, the mechanisms by which the Council investigates and denounces the violation of human rights work especially when it comes to “weak” countries whose sustainability depends on the support of other countries. However, Israel does not need such support, first, because they will always have the United States’ support and second, because they will always resort to the anti-semitic argument, which has worked so well until now.

What this shows is that, once again, the human rights enforcement still depends largely on political interests and that the mechanisms for its enforcement seem destined for “weak” countries, while the stronger and "better connected" countries escape from them. It also shows that human rights and their protection systems, being created from the willingness of the countries and depending their respect on the political interests of major powers, are easily susceptible of being violated by them. This could have dangerous consequences on the loss of credibility of these mechanisms, not only by the great powers, but of any other country.

jueves, 15 de marzo de 2012

El caso Lubanga y el Tribunal Penal Internacional


En el terreno del Derecho Internacional, y más concretamente del Derecho Penal Internacional y los Derechos Humanos, ayer fué un día histórico. Por primera vez desde su creación, el Tribunal Penal Internacional (TPI) ha dictado un veredicto contra un criminal de guerra, Thomas Lubanga, jefe de un movimiento rebelde de la República Democrática del Congo, acusado por reclutar niños soldados para su ejército.

El TPI, primer organismo de carácter internacional con capacidad de juzgar a criminales de guerra de cualquier parte del mundo, fue creado en 2002 y tiene un carácter permanente, al contrario que, por ejemplo, el Tribunal Internacional para la Ex – Yugoslavia o el Tribunal Internacional para Ruanda que fueron creados exclusivamente para los crímenes cometidos durante las guerras de ambos países en los años 90 y que por tanto tienen un carácter temporal y un objetivo más específico.

Debido a su reciente creación, el TPI cuenta aún con numerosas debilidades. Por un lado, hasta el momento solo la mitad de los países del mundo han ratificado el Tratado de Roma, instrumento constitutivo del TPI; Para que una persona pueda ser juzgada por este Tribunal, el país al que pertenece debe haber firmado dicho Tratado. En Europa, la totalidad de los países lo han hecho, pero aún quedan otros países como Estados Unidos, China, Israel, Rusia y la casi totalidad de los países de Medio Oriente.  Por otro lado, se critica a menudo a este Tribunal de estar demasiado politizado de manera que, aunque haya un caso abierto contra un criminal de guerra de un determinado país, debido a que el organismo no cuenta con un cuerpo de policía, la captura de dicho criminal depende en gran medida de la colaboración del país en el que se encuentra el acusado. Muchas veces estos países se niegan a colaborar por miedo a represalias del pais originario del criminal. Por último, se critica al Tribunal por su falta de eficacia en relación al gasto que supone (1.000 millones de dólares empleados desde su creación), sin embargo, si bien es cierto que, a pesar de tener numerosos casos abiertos contra diversos criminales, aún no todos han sido capturados, esto es debido no solamente a la eficacia del TPI sino también, como acabamos de mencionar, a la falta de colaboración de los diferentes países. Cabe recordar además, que el TPI no está creado para sustituir al Estado en materia de Justicia, sino para actuar cuando éste no tenga la capacidad o la voluntad de aplicarla, pero no debemos olvidar que la responsabilidad primera recae sobre cada uno de los Estados.

Existen otras debilidades que podríamos destacar aunque debemos también tener en cuenta diferentes puntos que nos permitirán reflexionar sobre la pertinencia del Tribunal. El más importante es, como mencionábamos, el hecho de que cuenta con tan solo con 10 años de experiencia. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, máxima autoridad judicial para la garantía de los derechos humanos en Europa, lleva 43 años funcionando y ha visto igualmente una evolución desde el punto de vista de su eficacia, siendo hoy en día referencia en los Tribunales regionales tanto de América como de Asia. Por otro lado, la concepción misma del Tribunal era algo que “se pedía a gritos” teniendo en cuenta los numerosos crímenes cometidos en diferentes puntos del planeta sin que hubiera ningún tipo de compensación moral o material para las víctimas.

Debemos concebir el Tribunal Penal Internacional como una estructura necesaria para luchar contra los crímenes de guerra, al que otros países se irán adhiriendo progresivamente y que actuará, como ya lo hace con los países que han ratificado el Estatuto de Roma, como elemento disuasorio importante para aquellos que buscan abusar del poder haciendo uso de métodos inhumanos. 


English version:
Yesterday was a historical day for those involved in the field of international law, specifically the International Criminal Law and Human Rights. For the first time since its creation, the International Criminal Court (ICC) has issued a verdict against the war criminal Thomas Lubanga, leader of a rebel movement in the Democratic Republic of Congo, accused of recruiting child soldiers for his army.


The ICC, the first international body with capacity to juge war criminals coming from any country, was established in 2002 and has a permanent character, unlike, for example, the ICC for the former - Yugoslavia or the ICC for Rwanda, which were created exclusively for crimes committed during the wars in each countries in the 90s and therefore have a temporary and a more specific goal.

Due to its recent creation, the ICC still has many weaknesses. On the one hand, so far only half of the world's countries have ratified the Rome Treaty, the instrument that establishes the ICC; For a person to be judge by the Court, the country they belong to must have signed the Treaty. In Europe, all countries have done so, but there are other countries that have not, like USA, China, Israel, Russia and almost all the countries in the Middle East. On the other hand, this Court is often criticized for being too politicized so that, even if a criminal case is opened against a war criminal in a given country, because this judicial body does not have a police force, capturing the criminal depends largely on the cooperation of the country in which the defendant is based. Often, these countries refuse to cooperate for fear of reprisals from the country of origin of the criminal. Finally, the Court is criticized for its lack of effectiveness in relation to expenditure (1,000 million dollars spent since its creation), however, while it is true that, despite having numerous open cases against various criminals, not all have been captured yet, this is due not only to the effectiveness of the ICC but also, as it was just mentioned, the lack of cooperation from different countries. It should be recalled also that the CPI is not intended to replace the State in this sense, but to act when the country does not have the capacity or the will to apply. We must not forget that the primary responsibility rests with each of the states.

There are other weaknesses that we could highlight but we must also take into account different points that allow us to reflect the relevance of the Court. The most important is, as mentioned, that it is only 10 years old. The European Court of Human Rights, the highest judicial authority in guaranteeing human rights in Europe, has 43 years running and has also seen an evolution from the standpoint of its effectiveness, being today a reference in both regional courts, America and Asia. On the other hand, the creation of the Court was a very demanded body taking into account the many crimes committed in different parts of the world with no moral or material compensation to the victims.

We must conceive of the International Criminal Court as a necessary structure to fight the war crimes, which other countries will be progressively adhering to and that will act, as it already does with countries that have ratified the Rome Statute, as a significant deterrent to those who seek to abuse power using inhumane methods.

domingo, 19 de febrero de 2012

La importancia de los movimientos sociales como centros de reflexión


No quería en principio escribir sobre este tema porque me parece que está ya lo suficiente trillado, especialmente en España. Sin embargo, no puedo dejar de sentir cierta frustración cada vez que hablo con la gente que no muestra ni el más mínimo signo de inquietud, los que aceptan el sistema tan cual viene sin plantearse ni reflexionar sobre alternativas posibles.

Preferimos criticar a los que se manifiestan, a los que están contra este sistema sin plantearnos al menos un poco si el que estamos eligiendo es el que nos va dar la solución, si no habrá otros sistemas posibles que habría que investigar. En definitiva, si no deberíamos documentarnos en este sentido con el objetivo de ser capaces de alimentar y argumentar nuestras afirmaciones. No hablo del socialismo, del comunismo, ni de cualquier otro ismo en concreto, simplemente de otras opciones, punto. Tenemos la costumbre en España, por lo general, de pensar en las dos únicas alternativas que se nos ofrecen y que se ven reflejadas en los dos partidos políticos mayoritarios, es decir, el Partido Socialista (PSOE) o el Partido Popular, conservador. O es uno, o es otro. Pero ¿no nos damos cuenta de que tanto uno como otro juegan en base a unas reglas que van más allá de los programas nacionales y que, en consecuencia, quizás hay que pensar, replantearse y reflexionar sobre el sistema de manera más global?

Se tacha de utopía los ideales de estos movimientos que han surgido a raíz de la crisis y que se conocen comúnmente como “indignados”. No voy a entrar a hablar de si sus reivindicaciones son o no constructivas, de si son o no válidas, pero si quiero transmitir que el simple hecho de que existan me parece de gran valor pues se niegan a asumir las cosas tal cual vienen y buscan, a través de su reivindicación, crear un cuestionamiento y compensar la balanza para que al menos el peso no caiga completamente a favor del sistema capitalista y liberal que parece estar asentándose poco a poco en todos los países occidentales.

Siempre pongo como ejemplo el caso de las reivindicaciones de las mujeres a lo largo del siglo XX porque me parece el más significativo. Se tachaba entonces a estas mujeres de revolucionarias, de ir contra el sistema, de locas. Eran las “perroflautas” de la época, me imagino. Sin embargo, gracias a ellas ahora nosotras podemos votar, trabajar, ser propietarias de una vivienda y tener, al menos sobre el papel, las mismas condiciones de igualdad que los hombres. Y eso no se consiguió de la noche a la mañana, sino que supuso una lucha contra marea y enfrentándose a numerosas críticas incluso por parte de las propias mujeres.

Suelo ser bastante insistente sobre mi convencimiento de lo beneficioso de los movimientos reivindicativos, de las manifestaciones, sea cual sea el motivo (siempre y cuando se respeten los derechos humanos) pues son éstas las que permiten a la sociedad evolucionar. Sin ellas, viviríamos en un sistema estancado donde los poderes públicos se verían con absoluta impunidad para hacer y deshacer a su gusto. Estoy absolutamente a favor de las críticas tanto en un sentido como en otro (ya sean dirigidas a sindicatos, partidos portidos políticos, empresas, ongs...), pero no de las críticas que se hacen en los bares entre los colegas durante el descanso del café, sino de las que se hacen en la calle y que consiguen llamar la atención de los medios, esas me parecen más valientes y valiosas.

Tampoco estoy de acuerdo con que la democracia ya se ejerce lo suficiente a través del voto, eligiendo un partido u otro según creamos que representa mejor nuestros principios pues como decía antes, el problema ya no es tanto nacional sino que con la globalización y la alta dependencia entre los diferentes países, es también una cuestión que va más allá y que de manera indirecta se nos impone.

Nos encontramos en una situación en la que ya no vale solo con criticar a nuestro representante político. Las responsabilidades van más allá y muchas veces se diluyen. ¿A quién culpar cuando una empresa decide cerrar en nuestro país dejando miles de parados en la calle? ¿A quién culpar cuando se aplican unas medidas estructurales que hacen retroceder unos derechos por los que se lleva años luchando? Lo lógico es pensar que a nuestro presidente y a sus ministros. Sin embargo éstos juegan con la baza de la indefinición de la que hablo. Las “órdenes” vienen de arriba, de decisiones políticas tomadas en un contexto regional cuyo límite excede nuestras fronteras, de manera que les sirve como justificación para eximirse de toda culpa. Y de este modo, la mayoría de la población asumirá que son medidas necesarias y que nuestros políticos no hacen más que aplicarlas.

Es realmente necesario un poco más de reflexión y mucho menos de insumisión si no queremos que este monstruo económico nos acabe llevando a la sociedad que George Orwell bien describe en su “1984”.

Movimientos sociales: más allá de simples manifestaciones*


Como consecuencia de las crisis que estalló hace ya 3 años, hemos oído hablar, de manera casi permanente, sobre numerosos grupos de ciudadanos que se han manifestado de una forma u otra, en diferentes ciudades españolas pero también europeas y norte americanas, contra las medidas adoptadas por los gobiernos que parecen recompensar a los culpables (los bancos) y castigar a las víctimas (los ciudadanos).

La mayoría de las veces los medios han tratado de desacreditar a estos movimientos, aún cuando dichos movimientos han demostrado defender las ideas y los derechos de la mayor parte de los ciudadanos y aún cuando lo han hecho de manera pacífica y respetando las leyes y normas vigentes en cada país, tratando de evitar en todo momento la confrontación física y utilizando como única herramienta las palabras y las ideas.

Por otro lado, hay quién pone en duda la efectividad del movimiento, augurando continuamente su pronta desaparición de la escena pública. Sin embargo, lo cierto es que desde que se produjo la primera gran manifestación en España, el 15-M y desde entonces, también en otras ciudades, se han llevado a cabo una serie de acciones que muestran no solo la efectividad del movimiento frente a determinadas medidas injustas, sino también su fuerza y consolidación como grupo. De entre estas acciones, cabe destacar dos en concreto, la primera desarrollada en varias ciudades españolas, la segunda en Bruselas.

En España, la Plataforma de los afectados por las hipotecas     (http://afectadosporlahipoteca.wordpress.com/) agrupa a personas con dificultades para pagar la hipoteca o que se encuentran en proceso de ejecución hipotecaria pero también a personas solidarias con esta problemática. La organización lleva a cabo diversos tipos de acciones. Una de ellas consiste en la concentración pacífica de ciudadanos/as en la puerta de la vivienda para que la comitiva judicial y la procuraduría del banco no puedan acceder a ella y decidan suspender el desahucio. De esta forma han conseguido disponer de más tiempo para presionar a la entidad bancaria y a la Administración con el fin de buscar una solución (dación en pago, un régimen de alquiler asequible y/o el realojo en otra vivienda). Además, la plataforma ha iniciado una campaña instando a los ayuntamientos a que se posicionen respecto a esta grave problemática demandando la modificación de la ley hipotecaria con el fin de regular la dación en pago y la adopción de medidas necesarias para evitar los desahucios por motivos económicos. Hasta el momento, más de 50 ayuntamientos han aprobado dicha moción.

Al mismo tiempo, en Bélgica tuvo lugar otro caso destacable que demuestra una vez más que el movimiento 15-M u otros movimientos desarrollados a partir de éste, son mucho más que algo espontáneo y sin objetivos aparentes. En el caso de la capital europea se trata de un hecho reciente relacionado con un grupo de inmigrantes afganos que se encontraban en proceso de demanda de asilo y ocupando una casa abandonada como único lugar de refugio. Hace tan solo unas semanas, fueron desalojados sin previo aviso del lugar que ocupaban y se vieron de pronto en la calle. Sin embargo, gracias a la perseverancia y movilización del movimiento 15-M en Bruselas, constituidos en su mayoría por jóvenes de nacionalidad española, se logró llevar el caso hasta las instancias de la comunidad Ixelles (barrio de Bruselas). El resultado ha sido que estos inmigrantes tendrán un lugar donde dormir hasta por lo menos después del invierno.

Estos y otros muchos casos son la  muestra de que la movilización social es una herramienta de gran valor cuando el acceso directo a la toma de decisiones gubernamentales es misión imposible. Además, demuestran una vez más que se trata de una utopía solo hasta que la puesta en marcha permite demostrar lo contrario y que la falta de apoyo por parte de los medios de comunicación debe ser un obstáculo a superar existiendo como existen hoy en día las redes sociales u otros medios en la red.


* Artículo publicado por la revista "Ventana Europea", nº 90. 2012