martes, 8 de marzo de 2016

Mujer/ Woman

Nunca me he considerado una persona feminista. No es que tenga nada en contra del término, pero no me gusta etiquetar acciones, ideologías o posiciones.

Soy una persona que cree simplemente en la igualdad de derechos para todos los sexos, razas y nacionalidades, como seres humanos que somos, sin más.

Pero si es cierto que, con el tiempo, he desarrollado una mayor concientización respecto al papel de la mujer en la sociedad. Y digo solo con el tiempo porque, el entorno en el que nací, era relativamente fácil para nosotras: íbamos al colegio, luego a la universidad, podíamos votar, trabajar, teníamos acceso a todos los espacios sin limitación de movimiento…

Sin embargo, a medida que iba madurando y abriendo los ojos más allá del círculo en el que me encontraba, fui descubriendo que; primero, aquello de lo que yo disfrutaba se debía al esfuerzo de muchas mujeres durante años e incluso siglos atrás y, segundo, yo era una privilegiada pues la mayoría de las mujeres en este planeta, solo por el hecho de serlo, están privadas de una existencia mínimamente digna.

Hay, evidentemente, diferentes niveles de desigualdad. Como decía, yo puedo considerarme afortunada, y así me siento cuando me comparo con mujeres procedentes de sociedades extremadamente machistas. Sin embargo, aunque de manera más sutil, la desigualdad no deja de estar ahí (un simple ejemplo son los baños públicos que disponen de la cuna para cambiar pañales en la zona de las mujeres solamente).

Mi admiración por La Mujer no hace más que crecer con los años, a medida que observo su lucha constante, consciente o inconsciente, para que sus capacidades sean valoradas tanto como las de los hombres. De la mujer se espera que sea buena madre, buena hija, buena trabajadora, buena cocinera, buena amiga, buena amante, pero también, que sepa comportarse, no destaque demasiado, no sea extravagante, que no tenga ideas radicales… Como en los cuentos de princesas que nos leen cuando somos pequeñas, la mujer debe ser perfecta; Perfecta para el hombre, aunque en lo que concierne a la valoración y el juicio, la propia mujer es también responsable.

Me pregunto cuántas mujeres pintoras, escritoras, arquitectas quedaron en el olvido a lo largo de la historia por el hecho de ser mujer. O cuánta inteligencia se ha desperdiciado (y se sigue haciendo) por no haberles dado la oportunidad a las mujeres de hacer algo con ella.

Por eso, más que felicitación, me siento con ganas de gritar mi admiración por La Mujer. Porque a pesar de los baches religiosos, sociales, económicos y políticos, muchas consiguen poco a poco el espacio que merecen. Pero también grito mi admiración por todas las mujeres que, lejos de encontrarse en un entorno favorable, sin dejarse amedrentar por la amenaza masculina, y sin recibir el protagonismo que merecieran, van encontrando también la manera de destacarse en aquello que desean.

Y mi más grande admiración por aquellas mujeres que se jugaron (y se siguen jugando) la vida por defender, no sus propias ambiciones personales, sino las de todas las mujeres.


(English version)

I have never considered myself a feminist person. Not that I have anything against the term, but I do not like to label actions, ideologies or positions.

I am simply a person who believes in equal rights for all sexes, races and nationalities, as human beings we are, point.

But it is true that, over time, I have developed a greater awareness of the role of women in society. And I say only with time because the environment in which I was born, was relatively easy for us: we went to school, then to college, we could vote, work, had access to all areas without limitation of movement ...

However, as I matured and opened my eyes beyond the circle in which I was, I discovered that; first, that of which I enjoyed was due to the efforts of many women for years and even centuries ago and, secondly, I was privileged because most women on this planet, just for the fact of being it, are deprived of a minimally dignified existence.

There are, obviously, different levels of inequality. As I said, I can consider myself lucky, and so I feel when I compare myself with women from extremely chauvinistic societies. However, although more subtly, inequality is always in somehow there (a simple example is the availability of baby changing area on women’s public restrooms only).

My admiration for the woman does nothing but grow with the years, as I observe their constant struggle, conscious or unconscious, so that their skills are valued as much as men’s. Woman is expected to be a good mother, a good daughter, a good worker, a good cook, a good friend, a good lover, but also, she needs to know how to behave, not stand out too much, not to be extravagant, not to have too radical ideas ... As in the princesses stories that they read us when we are young, the woman must be perfect; Perfect for the man, although under the assessment and judgment of the women themselves too.

I wonder how many women painters, writers, architects were forgotten throughout history just for being a woman. Or how much intelligence has been wasted (and still is) for not having given the opportunity for women to do something with it.

So, rather than congratulations, I feel like screaming my admiration for Women. Because despite religious, social, economic and political potholes, many gradually get the space they deserve. But I also scream my admiration for all women who, far from being in a favorable environment, undeterred by male threat, and without receiving the prominence they deserved, they are anyway finding ways to excel in what they want.

And my greatest admiration for those women who risked (and still risk) their life, not for their own personal benefit, but for that of the rest of the women.

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