lunes, 7 de mayo de 2012

Por qué es positivo el resultado de las elecciones en Francia, para todos los europeos


Hoy Francia ha elegido a su nuevo presidente para los próximos 5 años, Francoise Hollande, líder del Partido Socialista.

En un momento de crisis económica como la que vivimos, da la impresión de que las únicas medidas que pueden ofrecer una solución son las que muestran una tendencia liberal que se caracterizan, hablando claro, por la privatización y el recorte de las prestaciones sociales entre las que se encuentran aquellas tan importantes como la sanidad y la educación.

La importancia de las elecciones en Francia radica sobre todo en el peso político y económico de este país en el marco europeo, junto a Alamania. Así, durante el periodo “Sarkozy”, ambos gobiernos se alinearon para dirigir el futuro próximo de cada país europeo a través de medidas de austeridad que, aunque hasta cierto punto necesarias, no justifican de ningún modo el retroceso que estaba comenzando a atisbarse desde el punto de vista social. Un ejemplo de ello y también el que mejor conozco, es el de España, donde el gobierno de Rajoy, líder del Partido Popular, ha tomado desde 2011 una serie de medidas económicas que están provocando de manera llamativa un fomento de la desigualdad y la discriminación entre ciertos sectores ya de por sí castigados por los despidos y la falta de empleos, en lugar de proteger, al mismo tiempo que busca soluciones a la crisis, los derechos sociales que tanto nos ha costado alcanzar.

Europa se ha caracterizado históricamente por ser un continente de valores, de revoluciones, de ideas, de cultura, de integración… Es en Europa donde se puede poner el punto de partida a lo que hoy llamamos Derechos Humanos, gracias a la Revolución Francesa y a su Declaración de Derechos Humanos y del Ciudadano de 1789. Todo esto nos ha diferenciado de países como por ejemplo, Estados Unidos, donde es bien sabido que las desigualdades sociales son abismales y la violación de los derechos humanos tanto en el terreno nacional como internacional, bastante evidentes (pena de muerte, Guantánamo,…) . Es cierto que el contexto económico mundial y el surgimiento de nuevas potencias como China o la India, requieren una adaptación para estar a la altura del mismo, pero no debemos olvidar que esto jamás se debería llevar a cabo si es a costa de renunciar a los principios sociales por los que tanto se ha luchado, principios sociales que ha permitido a la generación actual estar donde estamos y del que pretendemos dar ejemplo en el resto del mundo a través de instrumentos como es la Corte Europea de Derechos Humanos.

El hecho de que uno de los dos países más potentes de Europa sea socialista, favorece un equilibro en la balanza para que, asumiendo que ciertas medidas de austeridad deben ser puestas en marcha, éstas no sean en detrimento de los derechos humanos y del bienestar básico de los ciudadanos. Me refiero, como decía, a la educación y a la sanidad, cuya sostenibilidad y mejora son esenciales, puesto que modelan el futuro de cada generación y por tanto del propio país. Es por ello que, si no queremos volver a un sistema medieval caracterizado por la existencia de una élite dominante, minoritaria y culta por un lado, y una mayoría subdesarrollada, debemos seguir luchando por estos valores para que las futuras generaciones pueda disfrutar de los mismos. 

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