domingo, 24 de abril de 2011

Hacer justicia a la violación de Derechos Humanos en Nepal


Contexto

Nepal es un estado multicultural, multilingüe y secular con una gran variedad de territorios. Hasta el año 1990, este pequeño estado de Asia era una monarquía absoluta, año en que el rey inició un proceso de reformas políticas estableciendo un sistema de monarquía parlamentaria, donde el cargo de jefe de estado era ejercido por el rey, mientras que el jefe de gobierno era el primer ministro.

La Guerra Civil nepalesa que comenzó en 1996 y duró 10 años fue un conflicto que enfrentó al gobierno monárquico de Nepal con los rebeldes maoístas, los cuales pretendían instaurar una República Popular de Nepal. La guerra provocó la muerte de más de 12.700 personas y 1.200 desaparecidos. Librada entre las fuerzas monárquicas, las conservadoras y las maoístas, el conflicto estuvo influenciado, y su vez afectado, por las fisuras sociales relacionadas con la casta, la distribución económica, la etnia y la región.

Durante gran parte, los maoístas controlaron las zonas rurales, que comprenden hasta el 80% del país, mientras que el Gobierno mantuvo el control en la sede de cada uno de los 75 distritos de Nepal, donde estaban basadas la administración y las fuerzas de seguridad. Mientras que las desapariciones comenzaron en las primeras etapas del conflicto, perpetradas por la Policía Nacional y la Fuerza Armada de Policía, la participación del Ejército Real de Nepal (ARN) aumentó significativamente tanto el total de víctimas del conflicto como el número de desapariciones forzadas. A partir de 2001, a raíz de la participación de la ARN y la declaración de un estado de emergencia, el Estado  aumentó drásticamente las violaciones de las leyes del conflicto armado, según organismos de derechos humanos.

El Acuerdo General de Paz (CPA, por sus siglas en inglés), firmado entre el nuevo gobierno democrático y el partido maoísta, estableció el fin del conflicto el 21 de noviembre de 2006, a través del cual los maoístas tomarían parte en el nuevo gobierno a cambio de entregar las armas a la ONU. El 24 de diciembre de 2007, los diversos partidos políticos de Nepal acordaron que la monarquía del país sería abolida por parte de una Asamblea constitucional que se elegiría el año siguiente. En las elecciones para la asamblea que tuvieron lugar en 2008, resultó vencedor el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) (PCN-M) y ese mismo año, los miembros electos de la Asamblea Constituyente proclamaron la República.
Sin embargo, no se cumplió con la promesa de hacer públicos los detalles sobre los desaparecidos, ni se desmovilizó o reestructuró la fuerzas militares y de seguridad de Nepal, además, el ritmo de cambio se ha ralentizado considerablemente desde 2009 como consecuencia del aumento de la agitación de los partidos políticos.

Acuerdo General del Paz

Existe actualmente un gran debate en relación a los legados de las injusticias del pasado, la responsabilidad de las violaciones en masa y la manera de hacer justicia ante ellos. Tal y como fue requerido en el CPA, el gobierno desarrolló en 2008 y 2007 un borrador legislativo para una Comisión de la Verdad y una Comisión sobre las Desapariciones respectivamente, en el marco de lo que se conoce como Justicia Transicional, con el fin de alcanzar una serie de objetivos en relación con las violaciones de los derechos humanos y de las leyes humanitarias internacionales. Aunque ninguno de los mecanismos han sido adoptados,  ha movilizado el debate y el interés de la sociedad civil en cuanto a su efectividad y compatibilidad con otras herramientas judiciales.

Recientemente se ha anunciado a través de diferentes foros sociales, políticos y legales que la rendición de cuentas sobre los abusos y violaciones de los derechos humanos relacionados con el conflicto no puede realizarse a través de los sistemas de justicia y que, en su lugar, debe recaer en su totalidad sobre la competencia de los mecanismos de Justicia Transicional mencionados antes, lo cual ha hecho saltar la alarma a la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos a nivel internacional ya que estos mecanismos son temporales por definición y reciben mandatos específicos y limitados. Además, poseen funciones diferentes a las Cortes Legales en cuanto que, sobre todo, priorizan deliberadamente a las víctimas, mientras que las Cortes Legales se preocupan además por la posible culpabilidad de los acusados. Tal y como se informaba desde la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OHCHR, por sus siglas en inglés) “una Comisión de la Verdad debería ser vista como complementaria a una acción judicial” y no como una base para suplantar o suprimir los sistemas de justicia.


Los procesos de justicia transicional buscan en general, lograr cambios estructurales en aspectos relacionados con la justicia, la verdad, la reparación y la memoria, para dejar atrás los diseños institucionales, las normas y las prácticas –tanto políticas como judiciales – que contribuyeron a generar el conflicto armado o el gobierno autoritario –o ambos – y transitar hacia la democracia. Los sistemas de justicia por su parte cumplen el importante rol de 1) Proteger los derechos de las víctimas y 2) consolidar los estados y democracias donde no exista espacio para la impunidad de las graves violaciones de derechos humanos. Ambos aspectos son claves para propiciar una transición sólida y evitar la repetición de hechos pasados. En las transiciones democráticas, los poderes judiciales tratan de evitar la impunidad y de garantizar los derechos de las víctimas, por tanto, pretender aplicar los mecanismos de la Justicia Transicional mencionados al principio, sin las herramientas complementarias pertinentes, puede ser percibido como un intento deliberado de perpetuar la impunidad de las violaciones cometidas durante el conflicto armado.

El reto está por tanto en crear sistemas de justicia sólidos que garanticen los derechos de las víctimas pero que además erradiquen la impunidad, es decir, que los culpables paguen por sus violaciones, esencial en un Estado de Derecho, a través de poderes judiciales que incorporen la perspectiva y derechos de las víctimas en el trámite de los procesos judiciales.


*UN Photo/Nayan Tara/Agnieszka Mikulska

sábado, 16 de abril de 2011

7.000 millones de habitantes y los derechos de salud sexual y reproductiva


Esa es la cantidad de personas que habitarán el planeta este año 2011, el doble que hace 50 años, y serán probablemente 2.000 millones más en el 2050 si se mantiene este ritmo. El 97% de esta población vive en países empobrecidos y la gran mayoría en el medio urbano.

Cuando en los medios, conferencias y otros espacios se habla de este asunto, se hace también mención a otros datos como que el mayor crecimiento de la población se está dando en los países empobrecidos y junto a esta información se añade otra referente a la escasez de recursos para abastecer a semejante cantidad de personas. Esto desemboca en una conclusión: Control de la Natalidad.

Como vivimos en una sociedad, en un momento, en el que todo el mundo opina, carezca de más o menos información y de más o menos espíritu crítico, se transmite la idea, ahora sí, de que hay que proporcionar métodos anticonceptivos a la población de los países empobrecidos para que disminuyan su nivel de natalidad antes de que se acaben los recursos. Esto, así visto, repito, para aquellos/as con una visión etnocentrista, puede parecer obvio, pero cojamos una lupa y analicemos está afirmación de manera más detallada, pues no se trata de algo tan simple y por tanto no debe ser tratado como tal, aunque muchas empresas proveedoras y lobbies vean en ello una manera de sacar tajada.

Está demostrado que la tendencia a tener familias menos numerosas está vinculada a los avances en materia de salud materna e infantil, al acceso a la planificación familiar y a la mayor y mejor educación de las niñas, en definitiva, a la mejora de oportunidades para las mujeres. Éstos son además derechos que aparecen reflejados en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas y que deben ser tenidos en cuenta como medios para alcanzar otros objetivos relacionados con él.

Ligado con aquellos, existe otro menos conocido pero no menos importante, el Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva, es decir, aquel que defiende que las mujeres y los hombres poseen el derecho a “tener control respecto de su sexualidad, a decidir libre y responsablemente sin verse sujetos a la coerción, la discriminación y la violencia; el derecho de todas las parejas e individuos a decidir de manera libre y responsable el número y espaciamiento de sus hijos y a disponer de la información, la educación y los medios para ello, así como a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y reproductiva". Pues bien, este Derecho fue por fin incluido en el marco del Derecho Internacional en calidad de derecho básico y fundamental en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo en 1996, en el cual participaron los gobiernos de más de 180 naciones de todo el mundo. 

El rápido crecimiento de la población no debe alarmarnos tanto por sus cifras sino por los problemas que esconde detrás. En un mundo de 7000 mil millones de habitantes, cada persona debe gozar de derechos humanos y de la dignidad humana. Se estima que actualmente 215 millones de mujeres quieren evitar o retrasar el embarazo, pero no tienen acceso a métodos anticonceptivos modernos. Aproximadamente 1.000 mujeres mueren cada día debido a complicaciones del embarazo y el parto, mientras que muchas de estas muertes podrían haberse evitado. Muchas mujeres sufren la violencia en forma de la mutilación genital femenina y otras prácticas tradicionales nocivas. Y demasiadas mujeres jóvenes y niñas se ven forzadas a contraer matrimonio y a tener hijos a edades muy jóvenes lo cual pone en riesgo sus oportunidades para la educación, su salud y su calidad de vida. En otras palabras, un gran esfuerzo sigue siendo necesario para que el acceso universal a la salud reproductiva sea una realidad para el año 2015, tal como se acordó en El Cairo en 1996 y posteriormente en la Cumbre del Milenio del año 2000. No se trata solo de facilitar una asistencia para solucionar un problema, sino que estamos hablando de un derecho básico de las personas y, por tanto, de una serie de obligaciones nacionales e internacionales que se tienen que asumir.

Por otro lado, y en relación a los recursos, en la afirmación inicial existe otro punto que igualmente nos hace llegar erróneamente a conclusiones precipitadas si no se analiza, y es el hecho de que se achaque al crecimiento de la población de los países empobrecidos, el origen de todos los males. Bien es cierto que la actividad humana ha afectado a todas las partes del planeta, a todos los sistemas ecológicos y está cambiando el clima del mundo, pero también es cierto que esto tiene mucho que ver con los patrones de consumo en todo el planeta y no solo en los países empobrecidos.

En conclusión, si nos preocupáramos y exigiéramos el cumplimiento de los derechos humanos tal y como aparecen en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otras declaraciones firmadas posteriormente por la mayoría de los países y partidos políticos de todas las ideologías, muchos de los problemas mundiales tendrían más fácil solución o serían más facilmente abordables.

jueves, 14 de abril de 2011

Happythankyoumoreplease


No es una película genial, pasará a la historia sin pena ni gloria, habla del amor, como si no se hubieran hecho ya bastantes, pero creo que el positivismo que transmite, merece ser destacado, aunque solo sea por aquellos que han perdido la esperanza.

En la mayoría de las películas románticas, los personajes son perfectos, quiero decir, tan perfectos, tan guapos y guapas que uno se pregunta por qué tardan dos horas en ver el amor el uno en el otro cuando los espectadores lo han visto desde el primer minuto, y por supuesto, el final se ve claro. Son películas poco creíbles, películas que han hecho mucho daño a las jovencitas y no tan jovencitas, haciéndoles creer en un mundo perfecto con un perfecto príncipe azul que les ofrecería una vida perfecta.

Pues bien, en esta película que cito todo funciona de manera distinta. Para empezar, algunos de los protagonistas, la mayoría, son feos y con aspecto de sucios, y eso ya es algo. Se trata de la historia de tres parejas, con problemas y vidas diferentes. La primera, la de un escritor fracasado que de pronto ve en un niño que encuentra en el metro la manera de asumir alguna responsabilidad (responsabilidad limitada puesto que sabe que ese niño no estará con él para siempre). El escritor conoce a chica, a la que no acaba de aceptar quizás porque no se acaba de aceptar él mismo y no continúo esta historia porque es la más común y menos original de las tres. Por otro lado está la pareja de "los menos agraciados" aunque originales, que ven su historia de amor troncada porque la originalidad de él se empieza a diluir con la monotonía de cualquier pareja. Y por último está la chica, con problemas de alopecia, condenada a amar siempre a los hombres equivocados por esa tendencia que tenemos algunas mujeres en desear la fruta prohibida, como si un sentimiento partenalista nos empujara a fijarnos en aquellos que sentimos que necesitan de nuestra ayuda, cuando lo que necesitan es una buena dosis de cruda realidad. Esta chica, muy guapa, pero como digo, con alopecia, se encuentra de pronto con un hombre feo que hace cualquier cosa para llamar su atención, cosa que no consigue hasta que le pide a ella que cierre los ojos mientras le habla, hecho que parece romper el hechizo.

El mensaje general de la película es simplemente "Déjate querer", contrario a la mayoría de los mensajes que suelen ser "quiere, ama ciegamente", y que claro, tanto daño, como decía, ha causado, pues querer, es decir, amar a alguien, no conlleva necesariamente a que ese amor sea correspondido. Pero dejarte querer, porque sí, porque te lo mereces, porque te valoran, por como eres, debería ser algo que jamás nos saciara, que cuánto más, mejor. ¿Cómo rechazarlo?, ¿por qué esperar un amor imposible, un amor desagradecido, un amor dañino y desgraciado, cuando tenemos el amor de tantas otras personas que lo darían sin límite y sin condiciones?. No dice que no sea importante querer, obviamente lo es, pero tanto como dejarse querer y el protagonismo en esta película lo tiene el segundo, el que no queda reflejado normalmente en los otros filmes porque lo que vende es, desgraciadamente, sufrir por amor.

Así que sí, al amor hay que decirle siempre Happy Thank you, y More Please.... porque si nos lo dan, es porque nos lo merecemos.