viernes, 12 de julio de 2013

¿Democracia?

La situación de España es preocupante y lo es por motivos evidentes.

Siempre hemos sabido que se dan casos de corrupción entre nuestros dirigentes políticos, ya sea con un trasfondo “meramente” político o de índole económico. Tanto gobernando un partido político como otro, han salido a la luz casos de corrupción, pero digamos que, en su mayoría, eran casos locales que se daban a nivel municipal o provincial y sin demasiado enredo.

Pero como ocurre habitualmente, la “normalización” de una actividad, la repetición de la misma sin que cause gran revuelo y en muchos casos, sin causar revuelo alguno, ha llevado progresivamente a muchos a delinquir creyéndose absolutamente inmunes ante la justicia y ante la población a la que representan.

Hace no mucho nos preguntábamos cómo podían los italianos soportar un gobierno como el de Berlusconi durante tanto tiempo sin hacer nada por remediarlo. Pues bien, muchos desde España me están dando la respuesta. Las más comunes: “No hay alternativa” o “peor sería si gobernara X”, como si hubiera dos únicas soluciones ante un gobierno corrupto.

Resulta especialmente lamentable si reflexionamos sobre la significación de la democracia, de la participación ciudadana, del poder que en teoría deben tener los ciudadanos no solo en el momento de votar, sino de exigir una buena gobernabilidad. Nos hemos acostumbrado hasta tal punto a este tipo de sucesos que no somos capaces de ver más allá. ¿Qué le ocurre a la sociedad española? O visto de otra manera ¿qué hizo a los brasileños y a los egipcios reaccionar de manera tan masiva, forzando reacciones a sus respectivos gobiernos que no tengamos nosotros? ¿Quizás hemos dejado de creer en la fuerza de nuestro poder como ciudadanos con capacidad de elegir y “vigilar” la buena gobernanza nuestros líderes políticos? Si es esto último, no solo es lamentable, sino también preocupante.

Efectivamente existen otras alternativas a dejar que nos gobiernen unos políticos corruptos, alternativas que quizás, o quizás no, nos hicieran pasar al principio por momentos delicados desde el punto de vista político y económico, pero que al final y a través de la exigencia de responsabilidades reales, darían resultados positivos para todos no solo a corto plazo sino sobre todo, a largo plazo. Unos resultados que nos devolverían un poco de dignidad y también de respeto a nivel internacional, algo que estamos perdiendo a pulso. Pero en España parece que nos falta imaginación y ver más allá del blanco y el negro; seguimos estancados en la época de republicanos y franquistas. Y así, solo tendremos lo que nos merecemos.


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